HELVETIVA NEUE LIGHT

Y sin dudarlo, porque incluso la capacidad para hacerlo ya había sabido desplazar de su cuerpo, dejó que el punto aparte siguiera de largo y sin peajes, dejando, mucho más que lo harían los 3 reglamentarios, el último capítulo infinitamente en lapsus, colgado del último satélite de su memoria, utilizada de apuro para enrocar las mañas de escritor por las de dependiente, y picando una roca, y ese enroque, broma pesada de la sintátix e infortunio de la práxis, fue el que ineludiblemente lo descalificó en cofradía con la calidad; y su nariz, clavada en la tecla que siempre finaliza, salvo cuando se repite de seguido... no dejó en suspenso nada.
Y así pues, iluminado con el blanco de la plantilla de word escribió con la nariz un punto aparte grandilocuente, apurado, excesivo, sin peajes, en una autopista conocida, pero malsana en aquellos minutos de sol y persianas bajas; en dónde también hay hora pico. Y dónde también alguien se esconde tras arbustos para medirte la velocidad, cuando quiere ponerte una multa.